Conforme los avances tecnológicos han experimentado un crecimiento exponencial estas últimas décadas, es una realidad que la tecnología se ha vuelto una herramienta esencial para nuestro día a día. Ya está muy normalizado que el celular sea también una herramienta de trabajo, y no solo tenga fines de entretenimiento o sociales. El uso del celular se ha vuelto tan holístico, que es muy difícil vislumbrar el día a día en su ausencia. Tanto así, que usualmente es lo primero que vemos al despertarnos. Según datos de DataReportal, un ciudadano de Estados Unidos promedio pasa un total de 7 horas diarias viendo la pantalla de su celular. Restándole un promedio de 8 horas de sueño, eso deja un total de únicamente 10 horas activas, donde no se está viendo el celular. La adicción al celular es definitivamente un problema en la sociedad actual que se ha normalizado.
Según investigadores de la Universidad Estatal de San Francisco; las vibraciones, sonidos y las distintas alertas de dichos dispositivos, generan un estado de dependencia similar a la de otro tipo de adicciones. De hecho, ingenieros de Silicon Valley han revelado que al crear el formato de aplicaciones, nunca se tuvo en cuenta principios éticos en cuanto a la adicción que esto podría generar. Según voluntarios de Salud Digital, de la fundación Carlos Slim, entre las consecuencias de adicciones al celular o a cualquier dispositivo digital, se encuentra el aislamiento, depresión y soledad. Esto se debe a que la soledad que se observa, es una consecuencia directa de reemplazar la interacción humana con una forma de comunicación en la que se obvia el lenguaje corporal, y otras señales.
Sin mencionar que por supuesto existen otras consecuencias con una fatalidad más alta. La adicción a dispositivos tecnológicos genera un impacto negativo en la capacidad de concentración para cumplir tareas y obligaciones. Por lo que, esto comprometería el desempeño de cada uno en cuanto a lo académico y laboral. En peores instancias, el uso del celular es una de las principales causas de mortalidad cuando se trata de accidentes automovilísticos. No solo eso sino su uso en la calle también es una causa constante de choques, tropiezos, atropellos y caídas. Todo esto concluye en que la adicción al celular es un problema que definitivamente tiene que ser tratado, y se debe prestar atención con la seriedad que merece.
Sin embargo no solo nosotros, pero estos mismos dispositivos nos otorgan distintas herramientas para combatir esta adicción. En muchos smartphones, incluido el Iphone, se puede regular el tiempo de uso. Incluso se lo puede configurar para usarlo en aplicaciones específicas. A partir de esto, se puede empezar a revisar cuánto tiempo le estamos otorgando al uso del celular, y así poder regularlo y poner metas sostenibles. Por ejemplo, si ayer usé mi celular por 4 horas, tratar de usarla la siguiente semana únicamente 3 horas al día. Y así poder regularlo hasta estar satisfechos y sentir la ausencia de la necesidad por ver el celular. Tratar la adicción al celular debería ser igual a tratar cualquier otra adicción, pues puede tener repercusiones igual de negativas que cualquier otra adicción.